Y resultó que ganaron, al final consiguieron ganar porque a veces cuando se gana, se gana. Empieza la historia con una pequeña empresa de unos sesenta trabajadores que consigue un pequeño contrato de una contrata de una gran multinacional. Esta le envía unos moldes necesarios para hacer cierta pieza y empiezan su producción. Con la crisis la gran multinacional baja su producción y pide menos piezas a la primera subcontrata, esta, tratando de defender sus puestos de trabajo decide que si recuperan los moldes, ellos mismo harán la pieza entera. Y aquí empieza todo ... la pequeña empresa subcontratada por la subcontrata se cierra en banda y se niega a enviar los moldes; tienen 2 años de contrato y no ven el por qué romperlo, y además es que no quieren porque no pueden pues si pierden ese contrato irían a la puta quiebra. La segunda empresa presiona y la pequeña se cierra en banda. Tanta es la presión que en una jugada maestra deciden dejar de hacer piezas. Pronto para la producción en la segunda empresa y poco después para en la gran multinacional. Se origina un conflicto grande y complejo con una clave, sin esa pieza no hay producción y punto. Una semana y siguen sin enviar piezas. Al final, consiguen que la gran multinacional se meta de lleno en el conflicto y haga respetar el contrato ante la necesidad de producir. Y pasan los meses y no se vuelve a hablar del tema, pero para algunos queda la victoria silenciosa, esa de que a veces el pequeño se come al grande y el poder cambia de barrio por unas horas o días. Lástima que no sepamos utilizar en armonía y unión el gran poder que nos otorgó por naturaleza la madre sociedad, pero estos casos, absurdos o no, me llenan de satisfacción, aunque todo acabe en el silencio. Pasó hace unos meses, y fue muy real. Grandes esperanzas aparecen te enteras de que los más pequeños todavía pueden utlizar su fuerza, sus armas, su poder ... su inteligencia.
4 comentarios:
Una victoria igual de grande que esas esperanzas a las que aludes en el título.
Igual que las victorias de los obreros que tomaron las fábricas en Argentina después de que las multinacionales abandonasen el país tras el Corralito.
Está claro que aún queda algo de conciencia social y obrera. Aunque uno sea el David que tiene que luchar contra Goliat.
Saludos.
Fue una gran victoria, y aunque yo trabaje para la gran multinacional, saber de la existencia de esta heróica empresa de Ponferrada es un gran estímulo.
Gracias por pasarte siempre, un saludazo!!!
Sin duda es una gran esperanza y una alegría saber que de vez en cuando ganan los pequeños cuando merecen hacerlo.
Un saludo!
La grandeza del pequeño es mucha grandeza Essa ... este caso me ha encantado por la fuerza de aguantar la presión sin duda ni vacilación !!!
Graciñas por tu comentario !!!
Publicar un comentario