Bares y gritos

18 marzo, 2010

Sentado en la mesa esquinada de un bar de mi ciudad que da a una amplia terraza que en verano está a tope muy cerca de mi trabajo esperaba una salida para poderme marchar, espero una salida para poderme marchar. Cuantiosos gritos perturbaban mi concetración y espera. Entiendo un café o una caña esporádica con esos gritos, un día, dos ... no entiendo horas de una tarde en un bar que dá a una amplia terraza que en verano está a tope muy cerca de mi trabajo, de esas para esperar una salida para poderte marchar. No entiendo a este tipo de padres, madres extraños y extrañas bajo mi entender y sobre todo muy cuantiosos y que que ejercen su paternidad y maternidad - a menudo, demasiadas veces, días - en este, en otro, y en todo tipo de bares. No entiendo niños corriendo entre las mesas y no entiendo bares con tanto grito. Yo no recuerdo ninguno en mi infancia, será por eso. Pero bueno, quién dice bares dice un sinfín de cosas, quién dice niños, y gritos, pues también.

El clima

14 marzo, 2010

El clima nos advierte de que esto va algo mal, que hace cosas muy raras últimamente y sobre todo es que lo hace sin previo aviso, de golpe, impulsivamente. Igual el martes luce un sol radiante que el miércoles todo está nublado casi lluvioso; el jueves llueve incesantemente … Hace frío y hace calor en una misma semana, de un día para otro. Mirar al cielo o al mar en estos tiempos ya no es lo que era, en estos tiempos es incluso complicado. La violencia se ha convertido también en una característica más de la naturaleza; digo yo – fiel creyente de que hay algo más que no tiene explicación - que por algo debe ser, que todo tiene que suceder por algún motivo, incluso este clima cambiante y asesino. Hace tiempo ya de esta historia, pero siempre está ahí, francamente. Hoy ha lucido un sol maravilloso en mi ciudad, se podía sentir un rastro futuro del verano que se acerca. Pero luego llegó la noche y ahora la madrugada, lució el sol en mi ciudad si, pero ahora hace frío. Lo dicho, las cosas siguen yendo mal, hasta el clima nos lo advierte en forma de rendición.