Vecinos

27 enero, 2009

Quizás mucha gente no lo entienda o quizás mucha gente lo censure, me da igual, porque a mí cuando algo me entusiasma hasta el punto de emocionarme en el entendimiento perfecto, simplemente lo robo sin permiso y lo hago mío. Viene esto a colación porque iba a empezar esta entrada diciendo exactamente que 'a veces cuando se pierde se gana', es una frase que escuché una vez en una peli y causó en mi el efecto que explicaba al principio. Hoy me voy a centrar en un concepto social de la humanidad que de entrada ya me cae mal, hablo de los vecinos, de hecho, creo que soy antivecinos de nacimiento, no puedo evitarlo, y hoy mucho menos, tanto, que acabo de decidir que esta entrada no se merece su atención, por tanto decido no perder ni un sólo segundo más prestándosela, ni siquiera aquí, en el umbral de mis desahogos. Creo que a veces un principio sobra para explicarlo todo y también creo que a veces cuando se pierde, se gana.

La distancia

21 enero, 2009

Un teléfono que suena sin nadie que lo coja. Un cruce de caminos. Un insulto. Un halago. Un hola con sabor a adiós, a derrota. Un cambio de complicidad. Un no justo a tiempo o un si a destiempo y sin motivo. Mirar sin que te miren. Reprimirte el gusto de gritar lo que te indigna, molesta o simplemente incómoda, que duele, que hace daño, joder. No ser tu mismo, que no sean ellos mismos, que engañes, que te engañen. Conducir con ansiedad, andar con ansiedad, dormir con ansiedad, amar sin ansiedad. Querer sin inmutarte o sin ser correspondido . No tenerse a uno mismo. No correr detrás de alguien, no correr, no volar, no soñar. Ser una piedra un segundo, o un día, o un año, un tiempo. El tiempo. Las palabras que te callas para siempre, las palabras dichas que nunca sentiste. Que te hagan daño o hacer daño. No tener miedo a perder, o a ganar. El Océano Atlántico un día de lluvia, el agua. El frío viento del norte, el frío, el viento. Eso es distancia y todo lo demás, absurda soledad.

Crisis (x1000)

16 enero, 2009

Siempre he pensado en mi ‘potente’ - por su influencia en mi mismo - y absurdo - por lo poco útil que siempre me ha resultado - mundo interior que el patrimonio de cualquier colectivo, llámese empresa, ciudad, país, continente, barrio o vecindario, es la mucha gente que mantiene con sus ilusiones y esperanzas intactas, con su vida un día más al pie del cañón. Siempre lo he pensado porque no creo que lo material tenga demasiada importancia en una forma de vida como es la humana, con una fecha de caducidad clara, y con una estimación temporal muy pasajera en comparación con la existencia de la vida en general. Al final nada permanece con nosotros, ni siquiera ese mismo nosotros, solo la gente que nos recuerde una vez nos vayamos para el otro barrio, y solo durante un rato, unos cincuenta años, pues no creo que nuestro bis-bis-nietos vayan a recordar gran cosa de nuestras vivencias y errores. Supongo que todos tenemos nuestras creencias y a veces es necesario aferrarse a ellas para poder soportar el tedio tedioso de la mala monotonía en este planeta a la altura del año 2009 ya, hay cosas que te ayudan a vivir, sin más. A mí esta crisis me empieza a aburrir de verdad, antes sólo me aburría de palabra, de coña, pero ahora puedo tocarla ya con mis manos sin mayor problema, puedo sentirla en primera persona, muy cerca, en gente que conozco y que se está yendo o se irá a la puta calle en breve y sin remedio. ¿Qué pasará después? La multinacional para la cual trabajo, por ejemplo, acaba de anunciar ayer que va a despedir a tod@s los trabajadores eventuales, y que aún así sobran otros 1000 curritos más. Hoy miro a mis compañeros de oficina trabajar con miedo, y nunca había visto el miedo de cierta gente en su mirada, como hoy, al final descubro que hay más humanidad y empatía de la que sospechaba, o que simplemente tienen miedo a perder sus monotonías tan seguras, no lo sé, pero sea como sea me resulta un pequeño consuelo en este viernes de despidos en primeras y segundas personas. Francamente, a mi no me cuadran los números de esta multinacional si hago una simple regla de tres, y no me cuadran por la cantidad de despidos o no renovaciones como dirían ellos en relación con la producción, hace tiempo que se quería bajar la plantilla, mucho antes de esta crisis, por estas cosas de la 'robotización'. Me pregunto por qué todo el país está callado ante las atrocidades que están haciendo las empresas escudándose en esto de la crisis, ¿qué será lo siguiente?¿trabajar gratis pensando en un futuro sin crisis? Tiempo al tiempo.

Tómbola

12 enero, 2009

Esto de los lunes debió ser un invento de los demonios y no de los dioses. Tiran de energías físicas y psíquicas de una forma atroz. Si yo fuera Maradona, hoy hubiera dormido hasta ahora mismito. Jode un poco no tener derecho a quejarte viendo el percal mundial, pues si lo haces, si eres Maradona dentro de nuestras 'míseras' vidas de mileuristas. En cierto modo es cierto, la vida es una tómbola.

Viva la gente

09 enero, 2009

Dentro del estado normal y cotidiano de las cosas la peor tragedia que te puede ocurrir es reincorporarte a tu puesto de trabajo después de estar ausente de él durante 34 días, eso es exactamente lo que me ocurrió esta semana, pero bueno, ya es pasado, la rutina volvió fuerte e influyente como de costumbre para rescatarme hacia la normalidad. Superado el trauma, vuelves a ver a la gente, bueno, a cierta gente. No es que me lleve excesivamente mal con ninguno de los entes que pueblan las horas fantasmagóricas de esta oficina, pero volver a ser consciente de todas sus existencias en este espacio geográfico tan estrecho lleno de encuentros inevitables y odiosos si no estás mucho tiempo sentado (yo no, evidentemente) no me resulta nada agradable, que tampoco desagradable por esto de la indiferencia. Siempre he sido algo huidizo sino surge la amistad, y aquí, no ha surgido ni surgirá jamás, si en cambio en otros lugares de esta multinacional, pero no aquí, era imposible, es utopía. Hay mucha gente aquí que no me gusta nada sin existir un motivo claro o justificado, no sé si es justo, pero francamente, no puedo evitar que lo noten, de hecho, me gusta que lo noten. Aseguro claramente que soy jodidamente imperfecto, pero que útil resulta serlo para lidiar en ciertos lugares. Por fin es viernes, otra vez.

Carbón

05 enero, 2009

Hoy me he despertado a las once y pico de la mañana por última o penúltima vez; última o penúltima porque llevo sin acudir a mi puesto de trabajo desde el pasado 4 de diciembre. Las cosas no pintan bien para este país bananero por primera vez desde que tengo uso de razón laboral, al menos nunca lo había vivido tan de cerca. Es curioso observar como el tener conciencia de que todos estamos metidos en esta mierda (que no crisis) más o menos a la vez, nos dá un toque de gracia 'impreocupante' al tema cuando hablamos de el unos con otros, es aquí donde entraría ese refrán tan horrible, como todos, 'mal de muchos consuelo de tontos' ... también es cierto - por irónico que parezca - que atrocidades como las de Gaza o Iraq ayudan a llevar lo nuestro con más sosiego y calma, yo que sé. Nunca me han gustado los reyes, ni siquiera estos tres que dicen ser magos, para mi fue una suerte descubrir tan pronto que los mismos en realidad, eran los padres. Se me acaban estas maravillosas e impensables vacaciones, y yo siento muy egoístamente quizás, que esa es mi única tragedia. Supongo que el carbón tiene muchas más formas que el de unas vulgares piedras negras, quizás eso simplemente es lo justo. Disfruten de su ración de cabón, no queda otra salida.