Reflejos

En este mundo de cristal lleno de reflejos no se hace complicado moverte controlando situaciones geográficas sin mirar directamente, incluso puedes dar la espalda sin mayor drama y sigues sabiendo a donde van, o de donde vienen, que suele ser lo mismo. En mi oficina - por ejemplo -llena de mámparas cristalinas es muy práctico y eficaz, y en paralelo te diviertes como un enano contigo mismo, algo necesario y fundamental en horas laborales, ya que así pasan mejor y pasan más rápido, que también viene a ser lo mismo. Por lo general creo que soy un tipo al que es fácil de complacer, aunque a la vez complicado con el paso del tiempo. En realidad necesito muy poco de la gente que quiero, podría decir que mi facilidad radica en que no necesito más que un pequeño detalle de alguien cuando lo necesito, un sms, un mail, una llamada perdida o incluso su ausencia y silencio, si es eso lo que preciso, a veces pasa. Mi complejidad radica en que lo necesito casi cada día, es decir, cada día despierto de cero y siempre quiero más. Supongo que poseo un sinfin de estupideces que me marcan el estado de ánimo cada día, mucha gente las ve insignificantes, pero para mí son importantes, al final, todo sucede dentro, como un reflejo más de este puto mundo de cristal.