Un planeta donde con el paso de los siglos la tierra ha viajado, subido, bajado, se ha juntado, se ha separado, se ha hundido y ha salido a flote después (y antes). Un planeta donde cambia todo todo el tiempo (parpadeas una vez y el mundo entero ya ha cambiado) y donde siempre estamos a merced del agua, del mar o de los ríos, de los océanos. Un planeta donde jamás ha existido Catalunya, ni España, ni Europa, ni los jodidos EEUU de Trump. Un planeta donde autonomía, país o continente son solo palabras inventadas por uno de sus seres aparecidos millones de años después para simplemente organizarse y entenderse (más bien no entenderse). ¿Entonces?¿De qué cojones estamos hablando? Pues muy simple, de que la existencia de esta puta humanidad a menudo se convierte en una auténtica enfermedad contagiosa que se va extendiendo hasta lo más profundo de su interior, dentro, muy dentro. Un lugar individual donde realmente sucede todo. Lo bueno y lo malo. Y donde cuando se cruzan ciertas líneas, fuera todo se convierte en odio y violencia. Que tristeza para el agua, para el mar, para los océanos, y qué tristeza para un planeta que simplemente creía que la vida no podía ser posible sin la existencia de la humanidad y su capacidad para razonar. Menudo sinsentido.
DEL "SIEMPRE TUYA" A "EL AMOR ES UN MITO"
Hace 1 semana
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