La felicidad

El otro día mientras conducía en una noche lluviosa de vuelta a casa desde un lugar, iba escuchando sin prestarle mucha atención un programa deportivo de radio, el protagonismo era exclusivo para mis gilipolleces, os aseguro que pueden llegar a ser infinitas a estas alturas, pero es necesario pensarlas y digerirlas, sobre todo si es de noche, sobre todo si llueve. Cuando no quiero pensar en ellas pongo directamente la música que me gusta, todo es cuestión de elegir, esa noche elegí lluvia, en equilibrio con el clima. En un fugaz momento de despiste de la enajenación mental mencionada me puse a escuchar atentamente lo que comentaba un locutor a modo de reflexión tras un suceso ocurrido ese mismo día con un futbolista que sufrío un desmayo repentino jugando un partido. Por absurdo que parezca esa reflexión me rescató sin remedio de mi elegido egocentrismo mental para hacerme pensar de nuevo, aunque esta vez sobre la vida. El locutor concluía su crónica sobre el suceso diciendo algo del estilo, 'al final da igual quién seas y lo que hagas, lo único importante es estar vivo y después ser feliz, o al menos intentarlo, que viene a ser lo mismo'. Apagué la radio para tomar aliento y lo expulsé al darme cuenta por enésima vez que efectivamente es así, intentar ser felices es lo que realmente nos mantiene felices, solo por la posibilidad de serlo. Quizás al final miremos atrás y nos demos cuenta de que a pesar de todo no hemos perdido nada, al darnos cuenta de que en realidad si hemos sido felices.