Escuchaba esta terrible expresión una mañana no muy lejana mientras 're-escuchaba' la radio de camino a la odiosa oficina, quizás me quede un poco obnubilado, alucinado, raro, pero no de la expresión terrible, ni de la odiosa oficina, sino de lo real que es tanto la expresión como la oficina, terribles y odiosas... Cualquier día, a cualquiera le sorprende un fin de verano, época de gran melancolía, y terrible y odiosa, y seguro que le está ocurriendo ahora mismo a muchos, a muchísimos, y a todos, y a todas, estadística pura. La verdad es que con las redes sociales,escribir en un blog se me fue perdiendo con el tiempo sin darme cuenta. Y sin embargo, cinco o seis veces al año, tengo la imperiosa necesidad de escribir en él cosas como esta, no se por qué. No consigo olvidarlo. En días como el de aquella mañana, cuando una expresión despertó mi desvarío escritor por enésima vez, me da por volver. No se, un Smartphone esta siendo por primera vez el medio que estoy utilizando para escribir una entrada, quizás ya pueda volver a ser aquel blogger compulsivo y ávido de entradas terribles y odiosas. Ya veremos mañana y pasado, pero queda mucho por hacer antes de morir, espero.